Compass.

9 de dic de 20203 min.

Fronteras de piedra

Autor: Esteban Soní Rico

Ruinas del muro de Adriano

A lo largo de la historia distintos gobernantes han querido proteger y distinguir los límites de su territorio. Sin duda, los muros más famosos son el Muro de Berlín, que separaba en dos la ciudad por sus ideas políticas; y la Muralla China, que protegía al Imperio de los ataques de mongoles. Pero sin duda no han sido los únicos muros que se han edificado con esa función.

Entre los años 120 y 145, dos emperadores romanos decidieron construir unos muros para establecer claramente los limes del imperio con las tribus de la isla de Britania. El primero fue el del emperador Adriano, quien decidió comenzar la edificación de un muro para evitar el ataque de las tribus de los pictos, tribus que habitaban al norte y centro de la actual Escocia. Desde el principio de su mandato, Roma había tenido que lidiar con algunos conflictos en distintas partes del Imperio, siendo uno de ellos el librado en la isla de Britania, la cual, incluso, pensaron que debían abandonar debido a la cantidad de muertos en los campos de batalla.

Con este panorama y rehusándose a abandonar la isla, Adriano mandó la edificación de un muro en el 122, tardando 10 años en construirlo. El Muro de Adriano, conocido de esa manera por haber sido hecho a encargo de dicho emperador, tiene una longitud de 117 kilómetros y cruza completamente la isla, dividiéndola en dos. De esta manera, al sur del muro quedaba el territorio del pueblo britano, que pertenecía al Imperio Romano, mientras que al norte el de los pictos. La muralla, aunque llegó a ser atravesada algunas veces, fue de gran utilidad para las tropas romanas, ya que tenía numerosas fortalezas, además de estar construida de piedra sólida, que la hacía resistente a los ataques. Asimismo, con el muro construido, era más fácil para los latinos mantener la estabilidad económica y establecer cierta comunicación pacífica con los britanos, ya que no se tenían que preocupar por los ataques de los bárbaros.

A la muerte de Adriano, subió al poder Antonino, quien vio la oportunidad de ampliar el territorio romano en la isla, por lo que decidió edificar otro muro a unos 160 kilómetros al norte del anterior, construyéndose así, entre los años 140 y 142, el conocido Muro de Antonino Pío. Esta muralla no era tan sólida y resistente como la anterior, debido a ello y después de algunos conflictos hostiles, la defensa de Pío fue abandonada y las tropas romanas retomaron el Muro de Adriano como frontera del Imperio.

El Muro de Adriano también es llamado, a veces, “Muro de Séptimo Severo”, ya que, bajo el imperio de este último, en el año 208, se ordenaron reparaciones a lo largo de la muralla para mantener protegido al Imperio.

En 1987, el Muro de Adriano fue declarado patrimonio de la humanidad; en 2008, fue proclamado así también el de Antonino; y estos dos, junto con el Lime de la Alta Germania, formaron la afamada Frontera del Imperio Romano.

Adriano, emperador del Imperio Romano, construyó un muro para delimitar las fronteras de su territorio y asegurar lo que ya tenía. Definitivamente los tiempos han cambiado desde la edificación, ¿crees que aún es válido o necesario edificar muros para delimitar lo propio?, ¿qué deberíamos de considerar a la hora de demarcar nuestros propios límites?

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Aprende más:

https://www.viajaporlibre.com/escocia/muro-de-adriano-muralla-mas-larga

https://www.nuevatribuna.es/articulo/cultura---ocio/murodeadriano-muralladeadriano-cultura-viajes-historia/20200204135742170775.html

Fuentes:

A. R. Birley. Adriano, la biografía del emperador que cambió el curso de la historia. Gredos, Madrid, 2010.

https://historia.nationalgeographic.com.es/a/muro-adriano_9444

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