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Especial Domini Canis -Navegando en una capa

Autor: Esteban Soní Rico

San Raimundo de Peñafort, Pintor anónimo


Así como la llama de Santo Domingo, cada uno de sus frailes ha corrido iluminando el mundo de una manera especial, pero todos como una sola jauría, todos bajo el mismo carisma de la predicación del mensaje evangélico. En este caso como una luz que iluminó el diálogo con otros distintos y lejanos.



En Peñafort, España, en el año de 1175 nació Raimundo, quien sería otro miembro de la jauría incandecente de Santo Domingo, y llevaría consigo el fuego de Jesucristo a distintas partes. Ahora bien, Raimundo de Peñafort, como mejor se le conoce, fue muy importante en la España de su tiempo tanto por su acción misionera como política, pues al ser un amigo cercano de Jaime I de Aragón (1208-1276), el fraile poseía una influencia relevante sobre la corona. Movido por su interés misionero y político, Raimundo aprendió árabe y posteriormente fundó en Túnez y en Murcia escuelas de esta lengua, para facilitar así el diálogo, el comercio y la conversión de los musulmanes.



Otra obra importante que realizó Raimundo, en busca del diálogo con pensadores no cristianos, fue solicitarle a su hermano en la Orden, al teólogo Tomás de Aquino, que redactara un manual apologético, en el que se discutieran las verdades cristianas como la existencia de Dios o la inmortalidad del alma, pero desde un plano meramente filosófico y racional, no teológico, como Tomás ya lo había hecho en su obra maestra la Suma Teológica. La finalidad de esta petición fraterna era poder entablar un diálogo con musulmanes y judíos, grupos con los que Raimundo convivía comúnmente, lo que dio pie a la chispa de otra obra tomista de gran calibre conocida como la Suma contra gentiles.




El interés por lo político e institucional que corría en las venas de Raimundo, se vio plenamente satisfecho cuando, por encargo del papa Gregorio IX, se encargó de recopilar distintas legislaciones del derecho antiguo y agregó a éstas las nuevas legislaciones conocidas como Las decretales de Gregorio IX. Esta labor fue un primer intento oficial de la Iglesia católica para crear un texto legal, auténtico y universal después del Derecho Graciano (redactado alrededor del 1140) y que buscaba compilar y conciliar la totalidad de las normas canónicas existentes hasta ese momento. Esta obra, Las decretales, estuvo en vigor durante casi siete siglos, y fueron la base del Código de derecho canónico (Codex Iuris Canonici) elaborado en 1917. Debido a este trabajo y a su trascendencia en la historia del catolicismo es que san Raimundo es considerado el patrono de los abogados y juristas.



Pero además de sus grandes obras intelectuales, Raimundo es también recordado por las historias milagrosas que le rodean, entre ellas la que le ha hecho ser representado como un fraile sin capa puesta; en ocasiones puede encontrársele con ella en mano, y otras navegando sobre ella. La historia cuenta que una vez Raimundo se encontraba en la isla de Mallorca junto con el rey Jaime I de Aragón, quien, a pesar de ser su amigo se encontraba molesto con el religioso y no quería que el fraile dejara la isla. Sin dudar, el rey amenazó de muerte a todos aquellos que le ayudaran, así que, confiando en Dios, Raimundo se dirigió al mar y empleó su capa como una vela y barco, cruzó el mar sin dificultad alguna, logrando así uno de sus milagros más simbólicos.



Y tú, ¿qué tanto has estado dispuesto a acercarte a un pensamiento distinto al tuyo?, procurando conocerle y comprenderle.


Las decretales de Gregorio IX [Imagen 1], Santo Tomás de Aquino [Imagen 2],

Obra tomista-Summa contra Gentiles [Imagen 3]



 


Aprende más:

Fuentes:

Imágenes:

Santo Tomás de Aquino -



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