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Especial - Raíces de Occidente: Atenas

Autor: Fermín Beguerisse Hormaechea


Actualmente, la civilización occidental podría parecernos bastante familiar, incluso podríamos asemejarla a un miembro de la familia o amigo cercano que si no fuese por su ausencia o nuestra distancia no reconoceríamos su entrañable valor; un paralelismo muy próximo a la crisis identitaria que hoy sufre Occidente por una exposición internacional que, si bien le ha beneficiado, también ha confrontado su identidad.



Bienvenido a este especial de Compass. Guiándote por la Historia, donde a manera de un viaje civilizatorio ahondaremos en las raíces que dieron y dan vida a Occidente, primera parada: Atenas.


Partenón de Atenas, construido entre los años 447 a. C. y 432 a. C.



Como casi todos los pueblos de la antigüedad, Grecia contó con linajes reales que ejercían el poder en esta particular península del extremo sur de los Balcanes; sin embargo, esta estructura no duraría para siempre. El fragmentado territorio griego propició la independencia de ciudades-estado, de entre las cuales destacaría Atenas por su paulatina abolición de la monarquía y su progresiva consolidación democrática.



En un primer momento el sistema de gobierno era una monarquía acompañada de un consejo común de aristócratas; la primera limitación impuesta a las prerrogativas reales sucedió cuando los nobles eligieron a un jefe de guerra llamado “arconte” (ἄρχων). Según la tradición, el primer arconte fue Medón y mientras su figura se ocupaba de la guerra y de los litigios por la propiedad, el rey se encargó de lo relacionado con la religión y los homicidios.



Ahora bien, el primer cambio de este sistema de gobierno de reyes y nobles en Atenas no sería sino hasta la llegada del arconte Dracón (s.VII a.C) quien, para limitar a los nobles de su facultad para juzgar arbitrariamente, encabezó la recopilación y publicación de las leyes existentes; un indicio de Estado de Derecho y sentido republicano que más tarde evolucionaría en el Mediterráneo. No obstante, se decía que la “ley draconiana” estaba “escrita con sangre”, pues la implacabilidad y letalidad de sus sentencias desencadenaron una justicia sin compasión o criterio alguno, dando pie a una segunda fase de construcción democrática en Atenas: las reformas de Solón.


“El consejo de un amigo es como vino generoso en copa de oro.” Solón

Frente al descontento con el sistema draconiano de gobierno, los atenienses nombraron a Solón, descendiente lejano de una estirpe real, para reformar y recobrar el orden de la ciudad-estado. Al tomar posesión del gobierno en el 594 a.C o 592 a.C, Solón implementó reformas en los órdenes social y político. Por un lado, en el aspecto social, propició la conformación de grupos sociales con base en la producción agrícola de sus tierras y su ingreso anual, esperando un equilibrio entre la pobreza y la riqueza; mientras que, por otro lado, en el sentido político, Solón favoreció el acceso a los puestos de poder con base en la nueva estructura social, es decir, conformando no una democracia como tal, sino una timocracia o gobierno de los ricos.



A la llegada de Solón al poder, la estructura política e institucional de Atenas tenía un orden tripartito: los arcontes, un Consejo o aristoi y una Asamblea Popular (ekklesia, palabra de la que se derivará más adelante “iglesia”). En sus esfuerzos de reformar y alineado a la estructura social que había diseñado, Solón abrió la Asamblea a comerciantes y no solo a terratenientes, e incluso la facultó para exigir cuentas a los arcontes y atender asuntos de interés general; sin embargo, aún hacía falta un trecho para alcanzar la democracia, pues esta no llegaría sino hasta finales del siglo VI d.C con Clístenes de Atenas, el padre de la democracia ateniense.


Busto moderno de Clístenes de Atenas, autor desconocido


La tercera fase del camino democrático de Atenas, y con ella de Occidente, inició con la implementación que hizo Clístenes de una idea: la isonomía o igualdad de los ciudadanos ante la ley. Una chispa que a su vez desencadenó la conformación de un sistema de reformas políticas que llamó democracia, o "gobierno del pueblo" (δημοκρατία, dēmokratiā, demos, "el pueblo" y kratos, o "poder").



Inspirado en la estructura institucional tripartita del momento, Clístenes transformó el sistema político de Atenas. En primera instancia hizo de la ekklesia o Asamblea Popular el actor más fuerte, dando poder soberano a todos los ciudadanos varones adultos de la urbe ateniense para, de manera colectiva y por medio del voto de la mayoría simple, tomar decisiones sobre la guerra y la política exterior, redactar y revisar leyes, así como aprobar o condenar la conducta de los funcionarios públicos. En segunda instancia, creó un consejo de 500 miembros, también conocida como la Boulé (Βουλή), este órgano del gobierno estaba a cargo de los asuntos públicos del cotidiano, sus miembros eran electos por sorteo para impedir una permanencia indefinida que los tentará a enriquecerse desde su puesto, y su función principal no era la toma de decisión de unos pocos, sino preparar la agenda de las reuniones de la Asamblea Popular, donde en realidad se tomaban las decisiones definitivas. En tercera instancia, y no menos importante, los tribunales populares o dikasteria ejercían la justicia mediante 500 jurados elegidos de un grupo de ciudadanos varones mayores de 30 años, nuevamente por sorteo para así evitar vicios en el poder.



Es verdad que en el horizonte occidental aún se encontraba lejos una democracia que incluyese a todos, es decir a mujeres y hombres por igual, pero las 3 fases de consolidación democrática ateniense (Dracón, Solón y Clístenes) fueron sin duda un hito en la evolución social, política e intelectual de una de las civilizaciones más influyentes de nuestro mundo contemporáneo.



¿Reconoces más raíces griegas en el mundo contemporáneo occidental? Si eres occidental ¿cuántas raíces griegas han sobrevivido en tu pensamiento e identidad?


Gracias, te invitamos a seguir descubriendo más de las Raíces de Occidente el próximo martes por la noche con la segunda ciudad de este especial: Roma.

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