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Espejos sustitutos

  • Foto del escritor: Compass.
    Compass.
  • hace 11 minutos
  • 5 Min. de lectura

Autor: Guillermo Beguerisse Hormaechea


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Hoy nos parece normal que una pintura tenga una carga psicológica. Es algo a lo que estamos acostumbrados y que damos por sentado, pero esto no siempre fue así. Hubo un momento en la Historia en la que los pintores buscaron retratar algo insólito: el interior de la mente. El arte nunca volvió a ser el mismo.


«Chicas bretonas bailando» - Paul Gauguin

 

Cuando no llegaron los espejos que iban a decorar las paredes del Café des Arts en París para su inauguración en 1889, el dueño optó por improvisar una exposición de pintura. Los artistas que exhibieron ahí se autodenominaban el «Grupo Impresionista y Sintetista», pero hoy son mejor conocidos como la Escuela de Pont-Aven, en honor a la ciudad bretona donde pintaron. Entre ellos estaba Paul Gauguin, quien presentó un cuadro de tres muchachas bretonas bailando con el campanario de la iglesia de San José al fondo. Vea en él, querido lector, como el estilo «Sintetista» simplifica el dibujo usando contornos bien definidos, usa colores intensos y aplana el espacio.

 

En la Escuela de Pont-Aven se fraguaron el Sintetismo y el Cloisonismo, dos estilos conectados más tarde con el Simbolismo. En los tres «ismos», las obras se caracterizan por el uso marcado de colores puros y su uso libre, donde el pasto puede ser rojo si el artista así lo decide («La visión tras el sermón» de Gauguin, por ejemplo). El resultado son obras altamente decorativas, influidas por el arte primitivo y los grabados japoneses, de formas condensadas y con un profundo espíritu simbólico. Eran una reacción contra los valores del materialismo y del pragmatismo en la sociedad industrial, y así reivindicar la búsqueda interior. Debido a su apertura hacia la variedad de expresiones personales el Simbolismo no pudo desarrollarse mediante un estilo unitario, y eso complica darle una forma general. Es más bien un conglomerado de encuentros pictóricos individuales con un idioma que tiende a la abstracción —sin llegar a hacerlo plenamente— y que utiliza en su vocabulario formas lineales y ornamentales que sacrifican el naturalismo en favor de la interioridad, los sentimientos y el pensamiento. Aunque Gauguin había expuesto con los impresionistas hasta 1886, se alejó de su desprecio por las formas definidas y sus composiciones. Sintió que su preocupación por los efectos de la luz era limitante, incluso superficial y negligente con el pensamiento.


«Mujer bajo el velo» - Louis Anquetin

 

Estas ideas las compartía el pintor Louis Anquetin, y se volcó al cloisonismo, un estilo caracterizado por grandes áreas de color puro, amplios contornos y una profunda observación hacia el interior del pensamiento. El término fue acuñado por el escritor y crítico Édouard Dujardin en 1888 por su similitud con el esmalte cloisonné, donde alambres se sueldan al cuerpo de una pieza para formar alvéolos o compartimientos (cloisons) en los que se deposita el polvo de vidrio para posteriormente calentarlo.



Cuenco de esmalte cloisonné de la dinastía Ming, con nueve colores de esmalte

 

Louis Anquetin fue pionero de esta nueva manera de pintar inspirada en los grabados japoneses Ukiyo-e y en cierta medida en los vitrales góticos que forman imágenes con piezas de vidrio de colores separadas por tiras de plomo negro. Al recurrir al cloisonismo pudo unir ideas artísticas con el tema elegido y enfocarse en narrar lo que ocurre en la mente de los que aparecen retratados, sus sentimientos y pensamientos. En un sentido más amplio, al estado mental o sistemas de ideas provocados por procesos de percepción o el inconsciente.

 

No es casualidad que en otras artes, como en la literatura, se empezara a usar el modo narrativo de la «corriente de conciencia» para describir la multitud de pensamientos y sentimientos que pasan por la mente de un narrador. Si bien el uso de este método narrativo se asocia con los modernistas de la primera parte del siglo XX, ellos trabajaron sobre las creaciones de sus precursores. Edgar Allan Poe en «El corazón delator» (1843) presagia esta técnica al relatar en primera persona a un narrador anónimo que se esfuerza por convencer al lector de su cordura mientras describe las consecuencias de un asesinato que cometió. En otra coincidencia que demuestra que las ideas están en el aire, podemos ver el caso del libro «Los laureles cortados», reconocido por ser el primero con monólogo interno en forma, y que fue escrito por el mismo Édouard Dujardin —el acuñador del término cloisonismo—.  James Joyce, el autor irlandés, leyó una copia del libro de Dujardin en París en 1903 y reconoció que tomó algunos préstamos para escribir su novela «Ulises», una de las mejores exponentes de «corriente de conciencia».





Este momento de la Historia del Arte marcó el inicio de una revolución en la manera en la que se entendió la creación artística, abrió paso a ideas originales, y sucedió en un entorno en el que desde distintos campos se investigaba el pensamiento, el lenguaje, y la manera en que moldeamos nuestra personalidad. Fue en este contexto que surgieron las teorías de Sigmund Freud, la filosofía de Ludwig Wittgenstein y las propuestas de Bertrand Russell. Y no estaban solos, el mundo se volcó hacia el interior humano y el arte abanderó su propia expedición. Tanto Dujardin, como Anquetin, estaban interesados en experimentar una vida llena de estímulos y analizar el efecto que estos tenían en el pensamiento. El resultado son obras en las que el personaje no es un mero espectador de la vida, sino un participante que analiza y siente lo que le sucede, que toma decisiones, se enfrenta a consecuencias y ofrece una mirada propia, una opinión dispuesta a darse si somos lo suficientemente sensibles como para pedírsela con un acto de apreciación estética. Así es como aprendemos a ver la humanidad en los demás y de paso terminamos reconociéndonos a nosotros mismos. Después de todo, parece que los cuadros en las paredes del Café des Arts fueron el sustituto perfecto para los espejos.

 

«Mujer en el baño», Louis Anquetin

 

Si usted, apreciado lector, llegó hasta aquí, le agradezco su interés por equipar su pensamiento con las referencias adecuadas para entender mejor el mundo. Me gustaría recordarle que en este Centro Cultural nos especializamos en provisionarle  del conocimiento correspondiente para apreciar mejor el siguiente viaje que tenga planeado. Dé clic aquí y descubra cómo podemos ayudarlo a ponerle color a su viaje.

 

Que la falta de curiosidad no decolore su mundo, querido lector.

 






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Fuentes:

Encyclopædia Britannica. 2025. Synthetism. Último acceso: 2025 de mayo de 27. https://www.britannica.com/art/Synthetism.

Grant, Kim, y Charles Cramer . 2020. The Pont-Aven School and Synthetism. 29 de junio. Último acceso: 27 de mayo de 2025. https://smarthistory.org/pont-aven-synthetism/.

mydailyartdisplay. 2013. Louis Anquetin and cloisonnism. 16 de octubre. Último acceso: 27 de mayo de 2025. https://mydailyartdisplay.uk/2013/10/16/louis-anquetin-and-cloisonnism/.

Vargas, Sofía. 2022. Conoce el cloisonismo, el estilo postimpresionista inspirado en los vitrales y en el arte japonés. 23 de febrero. Último acceso: 27 de mayo de 2025. https://mymodernmet.com/es/que-es-cloisonismo/.

 

 

 
 
 
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