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La duquesa desaparecida

Actualizado: 22 ago 2020

Autor: Guillermo Beguerisse Hormaechea

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Bienvenido. Este grabado tiene una historia de nobleza, suerte, robos y un villano digno de Sherlock Holmes. Te presento a Georgiana Cavendish, duquesa de Devonshire.

Este grabado hecho por Thomas Gooch Appleton está basado en un retrato de la duquesa realizado por Thomas Gainsborough, paisajista y retratista inglés del siglo XVIII. A partir de 1787 el retrato de Georgina adornó las paredes de la mansión de los duques de Cavendish, Chatsworth House, pero un día misteriosamente desapareció. Fue descubierta hasta la década de 1830 en el hogar de una profesora que había recortado parte del retrato para que cupiera sobre su chimenea. Para 1841 lo vendió a un marchante de arte por £56, quien a su vez se lo dio al coleccionista de arte Wynn Ellis. Tras la muerte de Ellis, en 1876 la pintura se subastó, alcanzando la sorprendente suma de 10,000 guineas, la suma más alta registrada hasta el momento por una pintura, y pasó a manos de William Agnew. Tres semanas después la pintura fue robada de la galería londinense Thomas Agnew & Sons. Durante los siguientes años sólo existieron rumores del paradero de la famosa duquesa, pero ningún rastro de ella.


Veinticinco años después, se conoció que el atraco había sido conducido por el “Napoleón del crimen”. Adam Worth era un criminal internacional apodado por Scotland Yard como el Napoleón del mundo criminal debido a su baja estatura y se considera la inspiración de Sir Arthur Conan Doyle para crear al archienemigo de Sherlock Holmes, James Moriarty. Worth había tratado de vender el cuadro para obtener la fianza requerida para liberar de prisión a su hermano, pero al ser liberado sin necesidad del pago decidió quedarse con la pintura y llevarla consigo a Estados Unidos.


En 1901, por medio de la agencia de detectives Pinkerton’s, negoció el retorno de la pintura a manos del hijo de Agnew por la cantidad de $25,000 dólares. Fue así que entre la neblina de Chicago se intercambió el dinero por la duquesa que viajaría de vuelta a Inglaterra. Al poco tiempo se puso en venta y fue adquirida por J.P. Morgan quien viajó de inmediato a Londres para obtenerla y pagar $150,000 dólares a cambio. La pintura fue propiedad de la familia Morgan hasta 1994, al ponerse a la venta por medio de Sotheby’s y ser adquirida por el 11º Duque de Devonshire para la colección de Chatsworth House por $408,870 dólares. Finalmente, después de más de 200 años, la duquesa pudo regresar a su hogar.


¿Qué es lo que nos hace apasionarnos por una pintura? ¿Los trazos de un maestro o la historia que nos transmite? Después de todo, no hay nada más poderoso que una historia para atraer nuestra atención. Si no, pregúntale a Conan Doyle.


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“Retrato de Georgiana, Duquesa de Devonshire” Thomas Gainsborough


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Fuentes:
 


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