top of page

La maldición templaria

Autor: Guillermo Beguerisse Hormaechea


¿Contraseña?...

Las ideas y costumbres perduran por siglos y rastrear su origen puede ser divertido, esclarecedor o incluso aterrador. Hoy traigo para ti una historia de poder, dinero, sangre y fuego que explica una curiosa superstición.


«La quema del Gran Maestre de los Templarios» - Maestro de Virgil



La Orden de los Caballeros Templarios comenzó en 1129 y pronto se convirtió en una de las ordenes favoritas de la cristiandad. Hombres de todo Europa se enlistaron a la Orden dispuestos a portar mantos blancos decorados con una cruz roja y a luchar en las Cruzadas contra los infieles musulmanes que consideraban usurpadores de Tierra Santa. En batalla los templarios se distinguieron por su habilidad, pero algo más los caracterizó en el continente: sus finanzas.



Luchar en Medio Oriente para recuperar Jerusalén les trajo mucho dinero, incluso les adjudicaban haber descubierto el tesoro del rey Salomón; un mito que no pasó desapercibido en las cortes europeas. Al escuchar los rumores, Felipe IV, rey de Francia, pensó que les podría pedir dinero prestado ilimitadamente. Por supuesto que los templarios le concedieron el crédito, pero tenían expectativas muy distintas a las del monarca y llegó el día de cobro. Felipe IV no tenía intención de pagar la profundísima deuda adquirida y le pidió apoyo al papa Clemente V —quien tampoco estaba muy cómodo con una orden cristiana tan poderosa, rica, armada y propensa a la política—. Ambos vieron la oportunidad de deshacerse de ellos de una buena vez. El viernes 13 de octubre de 1307 los miembros más importantes de la Orden fueron arrestados en Francia y encerrados en una verdadera pesadilla. Pinzas, cuchillos, clavos ardientes, tornos y jaulas se pusieron a disposición de los torturadores para sacar de los Templarios confesiones falsas sobre sus colaboraciones con el demonio y sus rituales de sangre. El Gran Maestre de la Orden, Jacques de Molay, fue depuesto de sus funciones por mandato papal y sometido al mismo trato atroz para arrancarle una confesión. Sí la dio, pero se retractó. Ni el Papa ni Felipe IV toleraron la osadía y lo condenaron a ser quemado vivo en Île de la Cité junto con otros templarios renegados.


«Templarios siendo quemados en la hoguera» - Maestro de Virgil


Las piras se preparaban para que las víctimas murieran con rapidez. Sin embargo, a de Molay le tenían preparado un suplicio especialmente cruel. A él le armaron una hoguera diseñada para quemarlo lentamente. Según testigos de la ejecución, el 18 de marzo de 1314 el Gran Maestre no mostró miedo ni dolor cuando lo ataron y encendieron la leña bajo sus pies. Ardió varios minutos y justo antes de desfallecer gritó una maldición: En el transcurso de un año y un día moriría el papa Clemente V y el rey Felipe IV, y su linaje pronto dejaría de reinar Francia. De Molay murió calcinado.



El 20 de abril de 1314 Clemente V agonizó consumido por una enfermedad. La leyenda cuenta que sobre la iglesia donde yacía su cadáver un rayo cayó e incendió todo, dejando el cuerpo irreconocible. El turno de Felipe IV llegó el 29 de noviembre de 1314 a causa de un derrame cerebral tras un accidente de caza. En los siguientes años murieron sus tres hijos y sus nietos. Tras haber gobernado Francia por 300 años, catorce años después de la condena del Gran Maestre la casa real de los Capetos ya no existía.



Maldición o coincidencia, la historia de Jaques de Molay ha alimentado el interés y la imaginación de generaciones, creando mitos como el del terrible viernes 13 u obras de literatura como «Los reyes malditos». La leyenda templaria sigue seduciendo con el embeleso de las sociedades secretas, con la posibilidad de un conocimiento ulterior y con el efecto de su condena. Por lo menos para nosotros presenta una gran historia aderezada con leyenda y que nos permite asomarnos a un episodio de esa era incomprendida a la que se le llama Edad Media.



¿Por qué crees que la Historia subsiste con mayor vitalidad al ligarse con leyendas? ¿Qué otras leyendas ocultas en la cotidianeidad conoces que endulzan el aprendizaje y abren las puertas del interés?



Si crees que compartir una buena historia es un acto de generosidad, no minimices tu capacidad de hacerlo. ¡Compártele este artículo a un amigo con tus redes sociales! Tu acción sí hace la diferencia y seguro te lo agradecerá.



Recuerda que la cultura es una cadena que debes proteger y a la que debes sumar. Por favor no la rompas.



 


Aprende más:

Nuestro libro recomendado es - Templarios: Historia y Tragedia por Georges Bordonove

Descúbrelo en: https://amzn.to/3Qcr4fI



Fuentes:







96 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo
bottom of page