Autor: Guillermo Beguerisse Hormaechea
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Dentro de los muchos héroes de la Historia nos afanamos en contar a personajes inspiradores, grandes líderes, poetas idealistas, artistas elocuentes, generales amados y pacifistas incansables; sin embargo, hay un episodio en el que unas pandillas de delincuentes enfebrecidos lograron salvar el baluarte de la civilización clásica occidental.

Sección de las murallas de Constantinopla
Desde el principio de la historia romana, las carreras de carros fueron parte de su entretenimiento. El Circo Máximo se usó constantemente durante la República y continuó siendo un punto social y político durante el Imperio. Después de que el Imperio se dividió, las costumbres romanas se trasladaron a Constantinopla, y con la transición de la religión estatal al cristianismo, el combate de gladiadores se consideró un ritual pagano demasiado sangriento para la nueva doctrina. Rápidamente las carreras de carros se coronaron como la actividad social más importante de Bizancio. A pesar de que los aurigas eran esclavos que debían arriesgar sus vidas por una considerable riqueza —incluso su libertad—, éstos gozaban de enorme fama y eran verdaderas celebridades de su época.
Dentro de los equipos que corrían frente a los espectadores bizantinos destacaron dos: los Azules y los Verdes. La rivalidad entre ellos y sus hinchas era feroz y potencialmente mortal. Los fanáticos de ambos equipos se agrupaban en milicias que luchaban por proteger a sus corredores de ser asesinados o envenenados. De acuerdo con Procopio de Cesarea (historiador bizantino del siglo VI):
«[…] la población ha estado dividida durante mucho tiempo en las facciones Azul y Verde […] Luchan contra sus oponentes sin saber para qué fin se ponen en peligro, pero sabiendo bien que, incluso si vencen, la conclusión será ser llevados directamente a prisión».
Las facciones también estaban involucradas en la política y la religión; y sus líderes actuaban como concejales o gánsteres que protegían y proveían a sus miembros mientras atacaran a sus rivales. Cada facción presionaba al gobierno de acuerdo con sus intereses e incluso maniobraba la sucesión de aspirantes al trono. Además, en un tema mayor para la época, defendían visiones religiosas distintas: Los verdes defendían el monofisismo —una visión que mantiene que en Cristo existen dos naturalezas, «sin separación» pero «confundidas», de forma que la naturaleza humana se pierde, absorbida, en la divina—, mientras que los azules se inclinaban por la ortodoxia, temas profundamente polémicos en Bizancio durante los siglos V y VI, y por los cuales las facciones estaban dispuestas a matar o morir.
En general, las facciones actuaban como portavoces sociales y eran de tal relevancia que podían apelar en público y directamente al Emperador durante las carreras de carros, y así abrían un canal directo entre el pueblo y el poder. Este medio eran tan eficaz que provocó una rebelión contra Justiniano por sus reformas fiscales y casi le cuesta, no sólo el trono, sino la vida. Algo tan superfluo como una riña de estadio terminó con más de treinta mil personas ejecutadas. Sin embargo, en esta ocasión nos concentraremos en otro episodio de estas facciones, uno en el que estos hooligans salvaron la civilización clásica de ser arrasada por el salvajismo huno.

Mapa topográfico de Constantinopla durante el periodo bizantino.
En el año 448, un terremoto tremendo destruyó gran parte de las murallas de Constantinopla y por lo menos 54 de sus torres. Esto era potencialmente devastador ya que eran la primer línea de defensa contra asedios e intentos de invasión, en particular del hombre más peligroso de la época: Atila el Huno. El poderoso caudillo estaba avanzando hacia tierras bizantinas desde los Balcanes y al enterarse de la brecha en las murallas aceleró el paso. Teodosio II le ordenó al prefecto Constantino que reconstruyera las murallas de manera urgente, una misión imposible para el tiempo que tenían. Constantino decidió darle buen uso a la competitividad de las facciones del circo. Reclutó a 16,000 seguidores y los equipos compitieron para completar su sección antes que la otra. El equipo Azul trabajó el tramo de murallas desde la Puerta de Blanquerna hasta la de Miriandrion, mientras que los Verdes desde ahí hasta el mar de Mármara. En sólo sesenta días restauraron y reforzaron las murallas de Constantinopla y limpiaron de escombros el foso defensivo. Al enterarse de la finalización de las murallas, los hunos abandonaron sus planes de conquista y en su lugar se dirigieron hacia los asentamientos bizantinos en los Balcanes. Teodosio II negoció la paz con Atila y éste se concentró en invadir las antiguas tierras del Imperio Romano de Occidente.

(Milligan 2021) (Fray 2025) (De Dobbeleer 2015)Esquema de las Murallas de Teodosio II
Al igual que en la antigüedad, hoy la afición deportiva genera grupos sociales que pueden influir en la política. El éxito deportivo puede generar sentimientos patrióticos o, de lo contrario, provocar desazón nacional. Así como los emperadores Bizantinos supieron reconocer la importancia de interesarse por los equipos de las carreras y así conectar con su pueblo, de la misma manera los gobiernos utilizan las gestas deportivas como campo de batalla, como fuente de regeneración del orgullo nacional y como plataforma política para dar a conocer sus mensajes. Es importante reconocer que incluso en la superficialidad aparente de los fenómenos sociales como el deporte, la música o el entretenimiento en general, muchas veces se esconden agendas políticas de ciertos grupos que esperan hacerse con o permanecer en el poder. La Historia nos demuestra que hay que tener los ojos bien abiertos si queremos reconocer lo que se oculta detrás de lo cotidiano.
Si usted, apreciado lector, llegó hasta aquí, es de las pocas personas que sabe que lo más rico de la Historia está en sus recovecos. Usted seguramente es un buen viajero y sabe que antes de subirse a un avión uno debe aprender a apreciar lo que verá en su destino. Si tiene un viaje en puerta nos gustaría ayudarle a ver los colores que se ocultan al que no se informa. Dé clic aquí y descubra cómo podemos ayudarlo.
Que la falta de curiosidad no decolore su mundo, querido lector.

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por Fermín Beguerisse Hormaechea y Guillermo Beguerisse Hormaechea Descúbrelo en:
Fuentes:
De Dobbeleer, Michel. 2015. The non-muslim sieges of byzantine constantinople. Último acceso: 04 de febrero de 2025. https://istanbultarihi.ist/422-the-non-muslim-sieges-of-byzantine-constantinople.
Fray, Christopher. 2025. Chariot Racing & Circus Factions in Byzantium. Último acceso: 04 de febrero de 2025. https://thehistoriansmagazine.com/chariot-racing-circus-factions-in-byzantium/.
Milligan, Mark. 2021. How Chariot Racing Teams Saved Constantinople From the Huns. 08 de febrero. Último acceso: 04 de febrero de 2025. https://www.heritagedaily.com/2021/02/how-chariot-racing-teams-saved-constantinople-from-the-huns/137070.
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