Autor: Fermín Beguerisse Hormaechea
Busto de Plutarco en Queronea
Entre la vida de Pericles y Fabio Máximo; entre la de Alejandro Magno y César; entre la de Demóstenes y Cicerón. La obra más conocida del historiador grecorromano Plutarco, “Vidas Paralelas”, desafió todos los géneros literarios preconcebidos de su época y le tomó 15 años de su vida dejarnos un tesoro histórico y moral, que suscita la reflexión, fomenta la imitación virtuosa y subraya el papel fundamental de la educación en nuestras vidas: modelar al ser humano para conseguir su mejor versión. Una obra clásica, pero siempre actual.
Plutarco asistió a la escuela platónica en Atenas en el 65 d.C, y allí Ammonios de Atenas le enseñó ciencia y filosofía, lo que más tarde sirvió como la base intelectual con la que dirigió su obra maestra. Esta afinidad a la escuela de Platón lo llevó a desdeñar la cronología histórica en “Vidas Paralelas”, para así conseguir un resultado más profundo, común a nuestra humanidad y sobre todo atemporal. Verás, en esta serie de escritos, Plutarco busca reflejar en cada personaje un modelo o un punto de referencia para quienes desean regular sus vidas. No hace un hincapié en la sucesión de los hechos, sino en las lecciones que cada personaje logra transmitir desde su personalidad. Incluso acepta una galería de “malos” para contrarrestar vicios y virtudes.
Debido a los 15 años que le tomó escribir “Vidas Paralelas”, nosotros, como lectores, podemos notar la evolución de su escritura. Sin duda, las primeras “vidas” parecen más una serie de elogios, pero más tarde, ya no se trata de una simple evocación de los muertos, sino de un ejercicio comparativo que persigue un doble objetivo: dar cuenta de un patrimonio literario y cultural grecorromano común, para pulir las asperezas entre conquistados y conquistadores; así como comparar dos personajes para sacar de todo ello una conclusión que nos construya desde el pasado. Esto hace a Plutarco el árbitro de cada contienda y a nosotros la muchedumbre expectante que pasa de ver a Sylla ganar el premio del coraje, para luego contemplar a Lysandre coronado con la templanza, y más tarde a admirar a Pericles y Fabius Maximus ser ovacionados por su inquebrantable justicia. Pero no satisfecho con ello, Plutarco nos propone contramodelos como Demetrio I de Macedonia y Marco Antonio, ambos vencidos por su libertinaje e insolencia.
Se trata, por lo tanto, de un género literario pionero y único en su tipo. En el siglo XVIII, James Boswell llamó a Plutarco “el príncipe de los biógrafos”, pero a mi parecer es más que un biógrafo, es un escultor de héroes. No cree en los soberanos todopoderosos, ni en un gran hombre de guerra, tampoco elogia a aquellos de belleza privilegiada o de riqueza desmesurada, para Plutarco el verdadero héroe es aquel personaje que se esfuerza por poner las virtudes en práctica durante toda su vida.
Y tú ¿conoces a verdaderos héroes y heroínas?
Una página de la impresión de Ulrich Han de 1470 de "Vidas paralelas" de Plutarco
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Fuentes:
Vies parallèles - Vies des hommes illustres
Imágenes:
Busto de Plutarco en Queronea: https://en.wikipedia.org/wiki/Plutarch#/media/File:Plutarch_of_Chaeronea-03_(cropped).jpg
Una página de la impresión de Ulrich Han de 1470 de "Vidas paralelas" de Plutarco:
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