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Galopando a la muerte

Autor: Guillermo Beguerisse Hormaechea


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Hay historias que se vuelven parte del imaginario colectivo. Episodios que nos recuerdan valores olvidados, que nos inspiran y motivan. Este es uno de ellos.



Esta pintura de Richard Caton Woodville, llamada «El alivio de la brigada ligera», retrata uno de los episodios más representativos de uno de los conflictos más importantes del siglo XIX y precursor de la Primera Guerra Mundial: La Guerra de Crimea.



Esta guerra inició cuando el zar Nicolás I de Rusia exigió proteger a los súbditos ortodoxos dentro del Imperio Otomano. El Sultán rechazó su propuesta, y Nicolás respondió enviando a su ejército a ocupar dos principados otomanos en la actual Rumanía. Esta movilización rusa parecía ser en realidad un intento de asentar a su ejército cerca de Constantinopla, la capital otomana, con intención de tomarla y asegurarse una puerta libre al mar Mediterráneo. Gran Bretaña y Francia comprendieron esta intención expansionista rusa y, comprometidos a defender la soberanía otomana por beneficio propio, decidieron enviar buques de guerra a la región.



El conflicto estalló en octubre de 1853. A los pocos meses la flota rusa diezmó a la otomana en un ataque sorpresa. Gran Bretaña y Francia le declararon la guerra y bombardearon la ciudad rusa de Odessa. Con Austria amenazando con unirse a los aliados, Rusia se retiró de Rumanía. La guerra entonces se concentró en la península de Crimea, al norte del Mar Negro. Los británicos y franceses derrotaron a los rusos en su primer encuentro cerca del río Alma. Desde ahí marcharon hacia la ciudad de Sebastopol, en donde asediaron al ejército ruso. Tras resistir ocho días, con la intención de debilitar el asedio en Sebastopol, los rusos atacaron la base británica de suministros en el poblado de Balaclava. Lograron ocupar Causeway Heights, a las afueras de la ciudad, aunque su intento por entrar a Balaclava fue frenado dos veces, primero por un regimiento de montañeses escoceses y después por la Brigada Pesada.



El comandante en jefe británico, Lord Raglan, decidió retomar Causeway Heights y evitar que los rusos escaparan con las armas confiscadas. Envió órdenes a la Brigada Ligera —lanceros, húsares y dragones ligeros— bajo el mando de Lord Cardigan, para interrumpir la operación rival: «Avanza rápidamente hacia el frente, sigue al enemigo e intenta evitar que se lleve los cañones». Sin embargo, cuando la orden llegó hasta Cardigan, había pasado entre varios comandantes y se había acortado a "avanzar rápidamente". Ahora significaba hacer un ataque frontal en un valle rodeado por artillería rusa por tres lados, en lugar de atacar a los rusos aislados en las alturas circundantes. Por absurdo que le pareciera, Cardigan tenía que obedecer lo que creía que era una orden de Raglan.



La brigada cargó hacía adelante, a merced de los cañones rusos en las alturas a ambos lados y de la batería de artillería que tenían al frente. A pesar de las pérdidas, lograron llegar hasta la batería, en donde les cayó por sorpresa un contraataque de la caballería rusa. Sin posibilidad de rescate, la Brigada Ligera quedó envuelta por los rusos que descendieron de los flancos hacia el valle. Rodeados, libraron una feroz batalla con sables y lucha cuerpo a cuerpo hasta que pudieron abrirse pasó a través de la línea rusa. De los 600 jinetes, 110 murieron, 130 fueron heridos y 30 capturados.



Los británicos abandonaron la intención de recuperar la parte alta del valle y se retiraron. Los rusos ganaron la batalla y obstaculizaron exitosamente el asedio de Sebastopol. Sin embargo, casi un año después entregaron la ciudad y base naval, cediendo parte de su territorio y prometiendo mantener sus buques de guerra fuera del Mar Negro a cambio de paz. La historia de los sobrevivientes de la carga de la Brigada Ligera, un ejemplo de valentía y obediencia, a pesar de la mala comunicación y línea de mando de sus superiores, conmovió a sus compatriotas por su historia de honor, sentido del deber y heroísmo. Alfred Tennynson los elogió en su poema «La carga de la Brigada Ligera», Woodville los inmortalizó en sus cuadros, y hasta nuestros días esta historia aún inspira a artistas no del todo convencionales. Un ejemplo es la canción que te pongo debajo de este artículo en la sección de «Aprende más». Espero que la disfrutes.


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