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«Personajes de Viena»: Colisión en los sueños

Autor: Guillermo Beguerisse Hormaechea


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Bienvenido a la segunda entrega de este especial vienés. En esta ciudad en la que chocó el carruaje imperial de la tradición con el tanque de la cruda modernidad, las ideas, las preguntas y los desórdenes mentales no tardaron en bullir. Un lugar ideal para dos gigantes de la mente.


Sigmund Freud y Ludwig Wittgenstein


Sigmund Freud se mudó a Viena con su familia cuando era un niño. Ahí creció y treinta años después destacó como profesor de neuropatología (el estudio de las enfermedades del sistema nervioso). Sus estudios lo llevaron a descubrir que algunos trastornos podían tener su origen en la mente y no en el cerebro. Durante la década de 1890, estudió pacientes emocionalmente inestables por medio de la hipnosis y desarrolló el psicoanálisis, su teoría psicológica que da una importancia fija a la permanencia en el subconsciente de los instintos reprimidos por la conciencia; pero su trabajo más famoso fue el de la interpretación de los sueños. En este escrito, Freud sostuvo que los sueños juegan un papel crucial para diagnosticar problemas mentales. Sus técnicas, revolucionarias para la época, resonaron en la clase alta vienesa, ávida de modernidad y ansiosa por un tratamiento para los nuevos males mentales que sufrían tras el violento cambio de siglo. Tras las sesiones a las que los sometía, estos pacientes comenzaron a mostrar mejoría, acrecentando la fama de Sigmund Freud y convirtiéndolo en un pilar de la incipiente ciencia psicológica. Aunque sus técnicas muy pronto encontraron a un opositor intelectual titánico.


Ludwig Wittgenstein vivía en Viena mientras Freud desarrollaba el psicoanálisis, y, resultado de su elevada posición social, tuvo contacto con algunos de sus pacientes. Aunque nunca se conocieron, Wittgenstein se familiarizó con el trabajo de Freud. Con el paso de los años Wittgenstein mostró y argumentó su desacuerdo con la interpretación que hacía Freud de los sueños. Para Freud, los sueños se leen, en ellos se buscan simbolismos con una estructura que debe ser descubierta. Por su parte, Wittgenstein consideraba que la explicación simbólica era absurda. La filosofía de Wittgenstein se basa en su Teoría del Significado, por la cual el significado de una palabra nunca está completo porque siempre oculta parte de su sentido y muestra otra parte dependiendo de cómo se usa la palabra (contexto). De esta manera, Wittgenstein argumenta que el significado de un sueño depende de cómo lo recuerda y narra el paciente, quien utiliza ciertas palabras y omite otras. Estas elecciones de fragmentos, perspectiva y palabras, hacen la experiencia sumamente personal e imposible de acceder para interpretar como terapeuta. Adicionalmente, Wittgenstein señalaba que no existe nada oculto en un sueño, ya que el sueño en sí es accesible para el soñador, quien ya sabe de qué se trata. Aunado a esto, según él, el psicoanálisis freudiano satisface a los pacientes al darles explicaciones tal y como los mitos en la antigüedad explicaban los fenómenos naturales. Wittgenstein sostenía que, a pesar de que uno tal vez descubra algunas cosas sobre sí mismo por el método de Freud, se requiere mucha fortaleza para soportar la crítica y ver a través de la mitología sin fundamento empírico que se le quiere imponer a uno como explicación personal.


Tanto Freud como Wittgenstein se dedicaron a explicar nuestra tendencia humana a engañarnos a nosotros mismos. Ciertamente, el psicoanálisis freudiano ha tenido un gran impacto en Occidente, y ha proporcionado alivio a problemas de un sinnúmero de personas. Pero la crítica de Wittgenstein aún se esgrima frente a esta escuela y no puede pasarse por alto. Por su parte, Wittgenstein es considerado uno de los más grandes pensadores del siglo XX al señalar al lenguaje como descripción, no como imagen de la realidad; el lenguaje es útil para disolver la confusión, pero no para descubrir la verdad esencial.


Curiosamente, ambos pasaron el final de sus días en Inglaterra, abriendo cada uno un nuevo camino para la introspección de nuestro propio conocimiento. ¿Cuál de las dos perspectivas te parece mejor a ti? ¿Crees que el valor está exclusivamente en una de las dos visiones, o más bien te quedas con una mezcla?


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Viena a principios del siglo XX

 
Aprende más:

Wittgenstein y otras historias contra la barbarie: https://n9.cl/c96rm



Fuentes:

Aguirre Sala, Jorge F. La visión wittgensteiniana del marco lingüístico explicativo del psicoanálisis freudiano y lacaniano. 2013. http://www.scielo.org.co/pdf/esupb/v21n46/v21n46a04.pdf (último acceso: 30 de 03 de 2021).



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