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¿Quién le disparó al archiduque?

Autor: Fermín Beguerisse Hormaechea


Atentado al Archiduque Francisco Fernando y su esposa la duquesa Sofía Chotek

(Achille Beltrame-1914)



A inicios del siglo XX, Europa contemplaba a dos contrincantes luchando por el mismo botín. El joven Reino de Serbia llevaba poco menos de 20 años independiente tras luchar en contra del Imperio Otomano y, aun así, con escaza experiencia soberana, buscaba expandirse. Su deseo invariablemente chocó con los intereses del Imperio austro-húngaro, pues ambos querían dominar a Bosnia y Herzegovina, lo que desencadenó la reacción en cadena más explosiva jamás antes vista. Una historia de insurrección, conspiración y asesinatos que llevaron al mundo a vivir sus horas más obscuras.



Durante siglos, el Imperio Otomano dominaba sobre Bosnia y Herzegovina, hasta que, en una distracción ocasionada por la guerra ruso-turca de 1878, Austria-Hungría aprovechó la situación e invadió la zona. A raíz de la victoria rusa contra el Imperio Otomano, las principales potencias europeas decidieron intervenir y reestructurar la región de los Balcanes para balancear los poderes que allí se congregaban. Con el tratado de Berlín de 1878 la situación de Bosnia y Herzegovina se resolvió de una manera un tanto particular, por no decir destinada al fracaso. El territorio permaneció bajo administración austro-húngara, pero oficialmente siguió perteneciendo al Imperio Otomano; lo que con el tiempo le permitió a Austria-Hungría anexarse unilateralmente el territorio en 1908.



En realidad, los bosnios se sentían más afines a los serbios, por lo que pronto surgieron varias organizaciones terroristas en contra del dominio austro-húngaro, como lo fueron la “Joven Bosnia” o la temible “Mano Negra”, de donde surgieron los atentados más descabellados de los Balcanes, todos perpetrados por asesinos que no hacían temblar su mano a la hora de cobrar la vida de altos funcionarios o príncipes herederos. A partir de las ideas de Vladimir Gaćinović, la “Joven Bosnia” empezó a inundarse de opiniones que promovían el tiranicidio o los asesinatos políticos en aras de liberar a Bosnia, un hecho que les permitió ganar el favor de la “Mano Negra”, llena de soldados del ejército serbio que también deseaban unificar a serbios y bosnios en un único Estado.


Fue así que ambos grupos decidieron unir fuerzas y conspirar en las tinieblas, enviando, el 28 de mayo de 1914, a tres asesinos de Belgrado a Sarajevo para interceptar la llegada del archiduque Francisco Fernando, heredero al trono austro-húngaro. ¿Sus nombres? Gavrilio Princip, Trifko Grabez y Nedeljko Čabrinović, hombres de corazón endurecido y de voluntad moldeada por los intereses nacionalistas del momento.



La travesía de estos tres matones en cubierto comenzó en las aguas del río Sava, por donde navegaron hasta llegar a Šabac; allí, Princip, Grabež y Čabrinović se encontraron con el capitán Popović, un hombre que formaba parte del plan y cuya función fue entregarles tres nuevas identidades para hacerlos pasar como supuestos funcionarios aduaneros, además de darles boletos de tren para viajar a Loznica, una pequeña ciudad fronteriza. Cuando los tres hombres llegaron a Loznica, recibieron la ayuda de otro miembro del ejército serbio, esta vez del capitán Prvanović, quien se encargó de coordinar el cruce a Bosnia y Herzegovina. Los asesinos tuvieron que esperar un día entero en una pequeña isla en medio del río Drina, hasta que Prvanović consiguió a agentes de la Narodna Odbrana, otro grupo nacionalista serbio, para guiarlos por veredas y escondrijos hasta territorio austro-húngaro. Una red al servicio de la muerte se había articulado de Belgrado a Sarajevo.



Al cruzar la frontera se encontraban a tan solo 27 días de lograr su mortal acometido. Tras llegar a Tuzla y pasar por Maglaj, Vanduk y Doboj, finalmente se abrieron paso por las calles de Sarajevo donde decidieron separarse para reducir las posibilidades de ser capturados e incrementar las del asesinato.


[Imagen 1] La ruta de los asesinos: de Belgrado a Sarajevo / [Imagen 2] El bosnio Gavrilo Princip, autor material del asesinato del archiduque Francisco Fernando y su esposa. /

[Imagen 3] Cronología del asesinato / [Imagen 4] Pistola FN Model 1910 de Princip (Museo de Historia Militar de Viena, 2009)

 

En la mañana del 28 de junio de 1914, víctimas y asesinos se encontraban en la misma ciudad. Después de un viaje en tren desde Ilidža, el archiduque Francisco Fernando, su esposa, la duquesa Sofía Chotek, y su comitiva, fueron recibidos en Sarajevo por el gobernador Oskar Potiorek. En una caravana de autos, el archiduque y la duquesa fueron llevados a lo largo del río Miljacka hasta una recepción oficial en el ayuntamiento, pero antes de llegar fueron sorpresivamente interceptados por Nedeljko Čabrinović, quien lanzó una bomba directo al auto de la pareja real; sin embargo, para la fortuna de Austria-Hungría, el artefacto rebotó en la capota abierta del vehículo, cayó en la calle y explotó bajo otro coche de la comitiva. La explosión fue de tal magnitud que abrió un agujero de 30 cm en el suelo e hirió a un total de 20 personas. Tras el ataque fallido, Čabrinović se tragó una cápsula de cianuro y se tiró al río Miljacka. Pero su intento de suicidio también fracasó, pues Čabrinović vomitó el veneno y el río no tenía ni 15 cm de profundidad, lo que pareció más un accidente en un chapoteadero que cualquier otra cosa.



Con Čabrinović preso, la misión suicida quedó en manos de sus otros dos compañeros. Francisco Fernando logró llegar ileso al ayuntamiento, pero permaneció molesto y bastante temeroso por su vida. De hecho, no titubeó al interrumpir el discurso de bienvenida del alcalde gritando:



“Señor alcalde, vine aquí para hacer una visita y me lanzaron una bomba.

¡Es un ultrajante!”



Gracias a la intervención de su esposa, el archiduque hizo una pausa y permitió al alcalde seguir hablando. La sesión continuó sin más contratiempos, aunque al finalizar, Francisco y Sofía optaron por cancelar sus demás compromisos públicos y visitar a los heridos por el atentado, quienes se encontraban en un hospital cercano. A las 10:45 de la mañana, los duques subieron al tercer coche de la comitiva. Para evitar el centro de la ciudad, el gobernador Potiorek sugirió una ruta alternativa, pero el conductor de la pareja real no fue informado de esto y condujo en línea recta, nuevamente por las orillas del Miljacka. ¡El auto se dirigía nuevamente a la zona de peligro!



A un extremo del puente Latino, los asesinos identificaron a sus objetivos. Con sus armas en mano, Trifko Grabez no logró reaccionar a tiempo, pero Gavrilo Princip, a 5 metros de distancia, consiguió abrir fuego. La primera bala de su pistola semiautomática FN Modelo 1910, impactó en la yugular del archiduque, mientras que la segunda hirió gravemente a Sofía en el estómago.



Entre sangre, caos y neumáticos a toda velocidad, los dos heridos fueron llevados al hospital. Algunos dicen haber escuchado a Francisco gritar:



“¡Sofía!, ¡Sofía! No te mueras... vive para nuestros hijos”


Pero fue demasiado tarde. Sofía murió rápidamente y al poco tiempo Francisco la secundó en el más allá.



Todos los involucrados en el atentado fueron capturados y juzgados. Los tres asesinos fueron sentenciados a 20 años de prisión, mientras que otros eslabones de la cadena conspirativa fueron condenados a muerte. La justicia pareció haber triunfado; sin embargo, esto no fue suficiente para Austria-Hungría. Al enterarse del papel que jugaron los serbios en el crimen, los diplomáticos austro-húngaros elaboraron un ultimátum, donde exigieron el fin de la propaganda antiaustríaca en Serbia, así como una colaboración con la policía serbia para perseguir a los culpables que se encontraban fuera de su jurisdicción. La respuesta de Belgrado fue contundente, aceptaron algunos términos, mas no la intervención de la policía austro-húngara en Serbia, lo que terminó por ocasionar la ruptura de las relaciones bilaterales.



El 28 de julio de 1914, Austria-Hungría le declaró la guerra a Serbia. Ambos contrincantes movilizaron sus tropas, y lo que parecía ser solo un enfrentamiento regional, pronto activó una serie de alianzas construidas a lo largo del siglo XIX para explotar en un hecho de magnitudes globales, la terrible Primera Guerra Mundial.



¿Cómo se pudo haber detenido este efecto domino de escalas mundiales? ¿Crees que instituciones como la ONU o la OTAN hoy son un freno para evitar una Tercera Guerra Mundial?



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