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Testigos del tiempo

Autor: Guillermo Beguerisse Hormaechea


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Bienvenido de nuevo. Hoy nos alejaremos de las obras de arte habituales y conoceremos a los espectadores de un pueblo que intercala la tradición oral con la representación material.



Entre bosques y montañas, sobresaliendo de la neblina, a un costado del océano se yerguen en silencio los testigos orgullosos de una civilización a la que el Tiempo mismo le otorgó sus tierras.



De la rica cultura producida por las tribus amerindias de la costa noroeste de Norteamérica, el tótem es su símbolo más reconocible. Monumentos imponentes usados para representar ancestros, historias familiares, personas o sucesos, lo hacen por medio de un lenguaje encriptado, reconocible sólo para los miembros del clan. Tallados en cedro rojo, se erigen para ser visibles por todos, pero comprendidos sólo por los iniciados. Personas que pueden leer en ellos los animales que marcan el linaje familiar y que validan los derechos territoriales que poseen sus miembros. No necesariamente cuentan una sola historia, documentan historias familiares. Una mezcla de verdades y mitos que son más que sólo una suma, sino raíz y conciencia.



Por medio de figuras humanas, animales y sobrenaturales, los tótems son representaciones del linaje. Por ejemplo, miembros del clan Thunderbird —un ave mítica de gran poder— de la tribu Kwakwaka’wakw del norte de la isla de Vancouver presentan al animal junto con leyendas identitarias en sus postes. Otras crestas comunes son el lobo, el águila, el oso e incluso la orca.



Tallar un tótem no es tarea sencilla, requiere tanto habilidad artística como una comprensión íntima de las historias culturales y la ecología forestal. El artista le presta mucha atención a la veta y al color de la madera para usarlas a su favor y capturar el movimiento de la vida al esculpir las figuras. Después de labrar, algunos artistas pintan su poste o eligen dejarlo sin pintar. Con alturas que van desde los tres hasta los veinte metros de altura, se erigen para cumplir diversos propósitos arquitectónicos y ceremoniales. Algunos de ellos se ubican a la entrada de una casa y, a menudo, contienen una abertura que funciona para dar paso al interior. Otros, en cambio, servían como lápidas sobre la tumba de los antepasados. Incluso existen los postes de vergüenza, alzados para ridiculizar a enemigos o deudores, o para protestar contra agravios políticos.



Debido a que la madera del cedro rojo tiene una duración de unos cien años antes de comenzar a desintegrarse, los diseños que hoy reconocemos fueron desarrollados en los últimos 200 años. Éstos alcanzaron su cenit durante el siglo XIX, en gran medida como símbolos distintivos de cada tribu al involucrarse en el comercio de pescado y pieles con los europeos. Este intercambio también proveyó a las tribus originarias con herramientas más resistentes y pigmentos que les permitió producir tótems cada vez más ambiciosos tanto en tamaño como en diseño. Sin embargo, este trueque desembocó en una amenaza. Al asentarse, los colonos consideraron los tótems como símbolos de paganismo y un impedimento para los esfuerzos evangelizadores, y en 1884 prohibieron las expresiones y prácticas culturales aborígenes. Una enorme cantidad de artículos ceremoniales fueron confiscados y vendidos a museos y a coleccionistas. Esta legislación no fue derogada hasta 1951, y a la fecha aún siguen en curso los esfuerzos de reubicación y repatriación de tótems, entre otros artículos tradicionales. No obstante, desde entonces y hasta nuestros días una nueva generación de artistas aprende y promueve el arte de la talla de tótems como una forma de revitalización cultural.



Testigos del pasado, su misma caducidad los convierten en informadores intergeneracionales que deben ser renovados, garantizando así la responsabilidad de comunicar oralmente su significado a las siguientes generaciones. Unas tras otras les cuentan a sus vástagos el mensaje oculto para que, dado el momento, se renueven sus significados con un tótem nuevo. Identidad heredada en madera, nunca olvidada en piedra.



¿Qué otras formas de comunicación tribal conoces? ¿También registran esta cualidad temporal que necesita de una comunidad para mantenerse?


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Fuentes:

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