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Barrockeros – La pintora imparable

Autor: Guillermo Beguerisse Hormaechea


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¿Qué te parece esta pintura? ¿Tremenda? Espera a conocer la historia de quien pintó este cuadro: una mujer que rompió con lo establecido.


Judit decapitando a Holofernes - Artemisia Gentileschi


Artemisia Gentileschi nació en la Roma barroca el 8 de julio de 1593. Su padre, Orazio Gentileschi, era un pintor medianamente conocido que enviudó cuando Artemisia tenía doce años. Desde entonces Artemisia tuvo que ocuparse de la casa y el cuidado de sus cuatro hermanos menores. Esta intensa convivencia casera le mostró los secretos del taller de pintura de su padre. A partir de ahí su vida cambió. Si bien la intención paterna era que se convirtiera en monja, la hija insistía en ser una pintora, algo inaudito en esa época. La tenacidad de Artemisia dio frutos y en poco tiempo se vio intercalando su tiempo entre cuidar a sus hermanos y aprendiendo en el taller de Orazio, demostrando una habilidad natural incuestionable.



En 1611, a Orazio le pidieron pintar un fresco en el palacio del cardenal Scipione Borghese, en Monte Cavallo. Ahí trabajó con Agostino Tassi, un joven artista apodado lo Smargiasso, «el Bravucón», del que se hizo amigo. Al volver a Roma, Orazio le pidió a Agostino que le enseñara perspectiva a Artemisia. De esta manera Agostino comenzó a frecuentar la casa Gentileschi y terminó prendado de la joven Artemisia. Un día, en el que ambos se encontraban solos, Agostino asaltó sexualmente a Artemisia. Tras la violación prometió casarse con ella, aunque nunca lo cumplió. En esa época, la violencia sexual se consideraba un delito en contra del honor familiar, por lo que, en marzo de 1612, Orazio Gentileschi denunció a Agostino Tassi ante las autoridades. Lamentablemente, durante el proceso, a la víctima se le exigía demostrar haber tenido siempre una conducta casta e íntegra, y una mujer pintora no se ajustaba a los esquemas requeridos. A pesar de que Agostino fue condenado al exilio, Artemisia se convirtió en objeto de escándalo en toda la ciudad.



Contra todo pronóstico, logró sobreponerse y en 1612 se casó con el florentino Pierantonio Stiattesi y aprovechó la oportunidad para irse de Roma. La nueva pareja se mudó a Florencia y en poco tiempo la habilidad pictórica de Artemisia le consiguió entrar en el selecto círculo del duque Cosme II de Médici. Ahí aprendió a escribir (sólo sabía leer) y conoció a intelectuales como Galileo Galilei, con quien mantuvo una amistad epistolar, y con Miguel Ángel el Joven, bisnieto de Miguel Ángel Buonarroti. La fama de Artemisia creció a tal punto que en 1616 se convirtió en la primera mujer en ser admitida en la Academia de las Artes del Dibujo. Estuvo inscrita hasta 1620, cuando decidió volver a Roma.



Artemisia también entabló una relación extramatrimonial con el noble florentino Francesco Maria Maringhi. Incluso se sabe que esta relación era conocida y permitida por su marido. Tal vez esta fue la razón por la cual Artemisia volvió sola a Roma y en algún momento su esposo desapareció de su vida. Al llegar a Roma encontró que su mala reputación había sido desplazada por su nueva fama. A partir de ahí Artemisia comenzó a viajar por Italia, hasta asentarse por un tiempo en Nápoles en donde recibió encargos importantes, incluso del rey Felipe IV de España. En 1637 el rey de Inglaterra, Carlos I, la invitó a su corte. Trabajó allá durante varios años hasta que volvió a Nápoles, donde vivió hasta su muerte.



Lamentablemente, siempre se ha buscado interpretar la obra de Gentileschi desde la óptica de su violación, lo que la ha reducido a una «pintora de la guerra entre los sexos». Creo que no se puede entender la obra de Artemisia sin contextualizar su trabajo y su época, entendiéndola como una persona que buscó salir con sus propios méritos de las injusticas de su tiempo. Es importante que, ante todo, prevalezca su trayectoria artística, de una calidad comparable con la de Caravaggio, fruto de su esfuerzo y atribuible únicamente a su tenacidad.


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Imagen 1: Judit y su doncella - Artemisia Gentileschi/ Imagen 2:Autorretrato como alegoría de la pintura - Artemisia Gentileschi

 
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