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Especial de Al-Andalus: Al-Andalus germana

Actualizado: 22 ago 2020

Autor: Fermín Beguerisse Hormaechea



Somos la suma de quienes nos precedieron, y el cómo decidimos encausar el resultado de ello.


A primera instancia, las modernas calles de Granada y la bien conservada arquitectura islámica de la Alhambra, nos evocan un pasado árabe que hoy en día resulta casi ilusorio en la Península Ibérica. Sin embargo, el recuerdo de espejos de agua en geométricos y floridos jardines, enmarcados en una convivencia coránica, donde la escritura de las tribus nómadas de la Península Arábica reclamaba un espacio compartido entre el arte y la religión; no es más que un punto en un pasado comprimido bajo un solo nombre: al-Ándalus.


Entre los siglos XIX y XX, los arabistas enfocados en el estudio de al-Ándalus teorizaron sobre el origen de este enigmático nombre, encontrando sus raíces en un tiempo y un espacio un tanto contradictorios, a decir verdad. Asentados en la zona meridional del Báltico, los Vándalos surgieron de una mezcla de tribus germanas que, al enfrentarse con los godos, se vieron obligados a desplazarse hacia el sur y asentarse en las riberas del Mar Negro. Fue en tiempos del emperador estoico romano, Marco Aurelio (161-180 d.C), que la denominación de vándalos comenzó a predominar entre las legiones romanas de la lime (frontera) del norte, para así reconocer a varias tribus enemigas, entre ellos los silingos y los asdingos.


Tras cruentas batallas, silingos y asdingos, lograron asentarse en Polonia y Rumania, respectivamente. Hasta que ambos, aprovechando el hundimiento del Imperio Romano de Occidente hacia el siglo V d.C, y presionados desde el Este por las violentas incursiones de Atila el huno, incursionaron militarmente en Europa Occidental. Como resultado de sus invasiones a la Galia, los vándalos lograron llegar hasta Hispania en el 409 d.C, asolando y saqueando en su llegada a las ciudades de Carthago Nova (Cartagena) e Hispalis (Sevilla). Con asentamientos en el valle de Guadalquivir, los vándalos se aventuraron aún más y cruzaron el estrecho de Gibraltar para con su rey Genserico, crear un reino en el Norte de África que duraría 100 años.


De esta remota vinculación con el norte de Europa, se han planteado dos teorías que, si bien distintas en enfoque, derivan etimológicamente Al-Andalus tomando como referencia su pasado vándalo. Por un lado, una teoría deriva su nombre desde la expresión bereber Tamort Uandalos o “Tierra de vándalos” como el Norte de África conocía el otro lado del estrecho de Gibraltar; mientras que la otra, lo deriva del latín Vandalus, como bien ya conocían los romanos a este grupo de tribus germanas.


Bien sea una u otra, lo que no cabe duda es la gran riqueza cultural que resguarda un lugar gracias a quienes nos precedieron, incluso siendo en el propio nombre; y en cuanto a cada uno de nosotros ¿reconocemos quiénes han sumado a las personas que somos hoy?

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