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Pintura o plomo

Autor: Guillermo Beguerisse Hormaechea


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Pasa y cierra la puerta que este artista tuvo a gobiernos espiándolo, participó en guerras y atentados, y aun así tuvo tiempo para revolucionar el arte mexicano del siglo XX.


Esta obra de 1936 del pintor mexicano David Alfaro Siqueiros, llamada «Suicidio colectivo», retrata a guerreros chichimecas cometiendo un suicidio masivo durante la Conquista, como una analogía del artista al inminente choque entre el fascismo y el capitalismo, y el nuevo orden que surgiría de dicha confrontación.


Esta obra la realizó en Nueva York tras fundar el Siqueiros Experimetal Workshop. Junto con otros artistas, en este taller Siqueiros expresó, desde su visión de izquierda, la lucha antifascista y los peligros de la complacencia de la clase trabajadora. Esto le permitió explorar teorías estéticas y políticas que se plasmaron en sus cuadros con el uso de materiales producidos industrialmente, como madera contrachapada y lacas de nitrocelulosa de secado rápido, como la utilizada para exteriores de aviones. Inspirado en técnicas surrealistas, llevaba a cabo accidentes controlados, goteando o derramando pintura y agregando solventes directamente sobre el cuadro para crear violentas reacciones químicas en la superficie. Como estos materiales los fabricaba la clase trabajadora, Siqueiros consideraba sus temas, estética y materiales inherentemente proletarios.

En 1937 dejó Nueva York para unirse a las Brigadas Internacionales del ejército republicano español, abandonando el arte por una participación más directa en la guerra contra el fascismo. Sin embargo, el legado de su taller continuó inspirando a pintores en Estados Unidos hasta la posguerra, siendo uno de ellos Jackson Pollock.

Volvió a México en 1939. Abatido, pero no derrotado tras la caída de la República Española, aceptó un encargo del Sindicato Mexicano de Electricistas para pintar un mural en su nueva sede. Junto con un equipo de pintores, realizaron el «Retrato de la burguesía», un mural profundamente implicado en los cambios doctrinales y las divisiones que sucedían dentro de la Izquierda y que eran una constante preocupación para Siqueiros. De hecho, el mural aún no estaba terminado, cuando Siqueiros lideró un grupo que, con más de 400 descargas de metralla de alto calibre, intentó asesinar a León Trotsky, rival político e ideológico de Iósif Stalin y que lideraba la oposición de izquierda desde su exilio en México.

Meses después, cuando Ramón Mercader, un agente Stalinista, asesinó a Trotsky, Siqueiros fue arrestado como cómplice y exiliado a Chile. Eventualmente volvió a México y murió en Cuernavaca a los 77 años tras una vida llena de trabajo sindical, participación en murales y guerras, actividades políticas y atentados comunistas, encarcelamientos y celebraciones, exilios e invitaciones internacionales.


Siqueiros podrá tener un estilo o ideales que agraden o repelan, mucho depende del pensamiento y tendencia de cada persona que se enfrenta a su arte, pero pocos pueden quedar indiferentes. ¿Hasta qué punto un artista tiene un compromiso con la sociedad y con sus ideas? ¿Dónde se dibuja la línea entre un artista que plasma el sentir de una época y aquel que promueve ideales y lucha por sus propias convicciones a base de pintura o plomo?


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David Alfaro Siqueiros

 

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Fuentes:
  • Oles, J. (2015). Arte y arquitectura en México. Londres: Taurus.

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