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¿Elecciones imperiales?

Autor: Fermín Beguerisse Hormaechea

Los siete electores de Enrique VII del Sacro Imperio Romano Germánico, Codex Balduineus


El papel que juega un colegio electoral no es nuevo, ni tampoco propiamente solo de democracias o de los Estados Unidos.



Tras la muerte de Carlomagno en el 814 d.C, el Imperio Carolingio sufrió varias fragmentaciones, prevaleciendo siempre, desde la primera partición con el Tratado de Verdún, dos grandes reinos: Francia Occidental de lengua franca-latina y Francia Oriental de lengua germana-latina



Si bien ambos reinos se encontraban entrelazados familiarmente por su ascendencia carolingia, cada uno siguió su propio camino. A la muerte del rey carolingio Luis IV de Francia Oriental, la dinastía carolingia alemana llegó a su fin; sin embargo, el reino no pasó a manos de los carolingios de Francia Occidental, sino que los duques de Franconia, Baviera, Suabia, Sajonia y Lotaringia eligieron a Conrado I como Rex Francorum Orientalium (Rey de Francia Oriental), monarca que sería sucedido, nuevamente mediante una elección colegiada de nobles, por Enrique I de Sajonia, padre de una futura dinastía imperial: la dinastía otoniana.



A la muerte de Enrique I, su hijo Otón I se volvió no solo rey de Francia Oriental sino primer emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. Al casarse con Adelaida de Italia, Otón I logró incorporar parte de Italia a sus dominios y con ello ejercer influenza sobre la figura del Papa, quien al coronarlo confirmó a los alemanes como sucesores del imperio carolingio y por medio del translatio imperii (transferencia del control), los hizo a su vez herederos del Antiguo Imperio Romano; herencia reafirmada con la adopción que hizo Otón II del título Imperator Romanorum (Emperador de los romanos).



Eventualmente el Sacro Imperio Romano Germánico se conformó de cuatro reinos: Reino de Germania (generado a partir de Francia Oriental), Reino de Italia, Reino de Bohemia y Reino de Arlés. El último rey de la dinastía otoniana fue Enrique II, pues a su muerte el colegio electoral de duques y nobles eligió a Conrado II de la dinastía salia; no obstante, el Sacro Imperio Romano Germánico continuó como entidad política en Europa y la institucionalización del colegio electoral sobrevino con mayor formalidad.



Una carta del Papa Urbano IV sugiere que eran 7 electores quienes entre 1257 y la Guerra de los 30 años (1618) elegían al Emperador: 3 miembros del clero y 4 príncipes y nobles seculares. Al finalizar la Guerra de los 30 años con la paz de Westfalia, el colegio electoral subió a 8 miembros y se conformó de electores protestantes y católicos procurando reflejar la realidad política del Imperio, realidad derivada del cisma religioso ocasionado por Martín Lutero en el siglo XVI.



Años más tarde, en el siglo XIX, las guerras napoleónicas modificaron las fronteras del Sacro Imperio Romano Germánico al igual que el número de miembros del colegio electoral, quienes no tuvieron mucho más tiempo de efectividad pues la derrota frente a Napoleón Bonaparte ocasionó la disolución definitiva del sacro imperio en agosto de 1806.



A la derrota de Napoleón, los ex-miembros del colegio electoral fueron invitados a manera de reyes y duques al encuentro internacional europeo del Congreso de Viena, donde participaron en la redefinición de fronteras continentales y fundaron la Confederación Germánica; preámbulo de una futura unificación alemana.



Desde la alta edad media carolingia hasta nuestros días, ¿cuántas entidades nacionales y sistemas políticos se han visto influenciados por una inspiración en el pasado?


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