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Nicaragua: Promesa entre mares

Autor: Fermín Beguerisse Hormaechea

Gran Lago de Nicaragua. Foto por Karin Paladino/IPS


En su búsqueda por oro, gloria y conquista, Gil González Dávila incursionó en 1523 por tierras centroamericanas hasta topar con los dominios del poderoso cacique Nicarao, de cuyo nombre derivaría uno de los puntos geoestratégicos más importantes de Centroamérica: Nicaragua.



La asimilación del actual territorio nicaragüense a los dominios coloniales españoles, significó un importante desarrollo portuario y comercial de la Capitanía General de Guatemala en las costas del océano Pacífico. Entre los siglos XVI y principios del XIX, esta Capitanía conformada por los actuales territorios de Guatemala, Belice, El Salvador, Honduras, parte de Chiapas, Costa Rica y Nicaragua, agilizó el flujo de personas y bienes tales como plata, oro, ron, cacao, azúcar, entre otros.



Particularmente, el sistema fluvial de Nicaragua resultó muy útil para el transporte comercial lacustre, una opción de movilidad por lagos y ríos que reduce el tiempo de traslado terrestre e incrementa la relevancia de los puertos cercanos al sistema, tal y como fue el caso del puerto “El Realejo”, ubicado en las costas nicaragüenses del Pacífico. En este puerto, además de haberse construido gran parte de los galeones que viajaban por la ruta Manila-Acapulco, se concentraron grandes riquezas como fruto del comercio bimetálico que enviaba plata a China y oro a España.


Rutas comerciales centroamericanas durante la época colonial. Resalta puerto "El Realejo"


No obstante, el control español sobre este territorio bien conectado, pronto se vio amenazado en la costa del mar Caribe por incursiones británicas que lograron transformar al reino de los indígenas miskitos en un protectorado.

Protectorado Miskito en rojo


En el siglo XVIII, la entonces presencia británica en la costa caribeña nicaragüense permitió la fundación de un bullicioso puesto comercial llamado Greytown. Si bien Greytown era técnicamente un protectorado británico, en la práctica, hacia el año 1850, éste puesto comercial se convirtió en una pieza económica del industrialista estadounidense Cornelius Vanderbilt quien, además de usarlo como punto de llegada para la movilización de muchos estadounidenses que preferían viajar por mar a California en tiempos de la “Fiebre del Oro”, también quiso convertirlo en el punto de partida de un primer e idílico canal transoceánico en Centroamérica que aprovechará el sistema de lagos y ríos del territorio. Sin embargo, el proyecto de un canal a través de Panamá resultó en su momento más estratégico para los Estados Unidos quien, a cambio de una cuantiosa suma de 10 millones de dólares y una renta anual de 250 000 dólares para el recién independiente Estado panameño, recibió derechos sobre el canal y una amplia zona de ocho kilómetros a cada lado del mismo.



Durante todo el siglo XX, la relevancia y efectividad del canal de Panamá diezmaron los intentos de concretar un proyecto de canal en Nicaragua. Ahora bien, en el 2014 y en un nuevo contexto de lucha comercial entre Estados Unidos y China, la empresa de infraestructura Hong Kong Nicaragua Canal Development o HKND Group anunció finalmente la ruta del canal a través del Gran Lago de Nicaragua.

Trayectoria del Canal de Nicaragua


El proyecto del HKND Group fue aprobado por la Asamblea Nicargüense y la construcción de tan soñado canal inició poco antes del 2015. No obstante, el clima volátil y la actividad sísmica de Nicaragua, hicieron surgir nuevas preocupaciones respecto a la viabilidad del proyecto y, por si no fuera suficiente, varios de los inversionistas chinos, afectados por la crisis bursátil china del 2015 y 2016, decidieron frenar el financiamiento del proyecto; dándole el estatus oficial de cancelado en el 2018.



¿Llegará algún día hacerse realidad el sueño de Cornelius Vanderbilt? ¿Crees que un canal en Nicaragua haría más eficiente el comercio global? Tal vez sea la puerta para que también el mundo conozca productos nicaragüenses de calidad ¿tú que opinas?


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