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Especial Ases del cielo - Richard Bong

Autor: Fermín Beguerisse Hormaechea


Richard I. Bong


“El mayor Bong […] era sereno, maduro y valiente como ese renombrado espejo de la caballería […] se decía que era un guerrero perfecto, sin miedo y sin reproche.”

Los Angeles Examiner, agosto 9, 1945



Nacido en el estado de Wisconsin el 24 de septiembre de 1920, Richard I. Bong fue el primero de los nueve hijos de Carl Bong, un inmigrante de Suecia, y Dora Bryce, una chica estadounidense de ascendencia escocesa-inglesa. Como era de esperarse, el pequeño Richard pronto dejó relucir la sangre soñadora de su familia, como aquella propia de un extranjero que busca futuro en tierra ajena y de todo joven con una vida por delante. Paseando por la granja familiar, Rick no pudo evitar fascinarse por los aviones que surcaban los aires llevando el correo del presidente Calvin Coolidge, lo que tarde o temprano lo impulsó a probar suerte como piloto aviador.



En 1938, mientras estudiaba en la “Superior State Teachers College”, Bong se inscribió al “Programa de Capacitación de Pilotos Civiles” y tomó lecciones privadas de vuelo. Su experiencia en el aire y la adrenalina que corrió en él al suspenderse por lo alto lo engancharon de inmediato, haciendo inevitable su ingreso al “Programa de Cadetes de Aviación del Cuerpo Aéreo del Ejército”.



Durante los entrenamientos en el ejército de los Estados Unidos, la habilidad de Bong como piloto de combate fue reconocida rápidamente, lo que le permitió ascender a segundo teniente y recibir sus alas de piloto el 19 de enero de 1942. No obstante, la gracia de su juventud afectó su recién éxito profesional cuando decidió “zumbar” (volar muy bajo) sobre la casa de un piloto recién casado, asustar a varios conductores haciendo piruetas alrededor del puente Golden Gate y pilotear sobre los transeúntes de Market Street haciendo cundir el pánico en la ciudad de San Francisco, no sin antes, claro, soplar la ropa del tendedero de una mujer en Oakland. Tras el desenfreno, la adrenalina y las risas con sus compañeros, Bong fue indiscutidamente reprendido por el general George C. Kenney, quien le dijo:


"Si no quisieras volar por Market Street, no te tendría en mi Fuerza Aérea, pero no debes hacerlo más y lo digo en serio".

General George C. Kenney


El General Kenney sabía que tenía un gran piloto frente a él, pero debían redirigir su talento para volverlo el as de guerra que estaba destinado a ser. Con este objetivo en mente y en respuesta a la campaña del océano Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial, Bong fue asignado al 9º Escuadrón de Cazas con base en Australia para luchar en aviones P-40 Warhawks contra el expansionismo japonés; una oportunidad que, además de darle su primera victoria aérea derribando un Mitsubishi A6M "Zero" y un Nakajima Ki-43 "Oscar", lo condecoró con la Estrella de Plata.




Más adelante, en la misma campaña, Richard divisó cuatro pilotos japoneses durante un vuelo de reconocimiento sobre Papúa Nueva Guinea. Mientras volaba un Lockheed P-38 Lightning, Bong compensó su pobre precisión en el disparo a distancia, acercándose lo más posible a los aviones enemigos. A toda velocidad, uno a uno fue cazándolos, centrándolos en su mirador y una vez sobre ellos, a la distancia y en el momento oportunos, activó el gatillo. Varias ráfagas de metralla estadounidense fueron impactando sobre las aeronaves niponas, dejándolas caer de manera descontrolada y a Richard volando a través de escombros envueltos en una explosión. Una victoria que hizo acreedor a nuestro héroe de la Cruz de Servicios Distinguidos y de un ascenso a capitán en 1943.



Tras coronarse como capitán de vuelo, Bong volvió a los Estados Unidos con fama y conoció a Marjorie Vattendahl, el amor de su vida. Ambos se encontraron por primera vez en un evento de bienvenida del Superior State Teachers' College y desde allí la relación tomó vuelo. “Marge”, como cariñosamente la llamaba Richard, se fascinó con la vida de su enamorado y, el público en general, se cautivó con el ideal americano que reflejaban ambos en los años cuarenta: un hombre valiente servidor de la nación y una mujer que, además de apoyar a su novio en la guerra, educaba a las futuras generaciones de Estados Unidos como maestra.



No obstante, el deber pronto llamó de nuevo a Richard y tuvo que volver a la campaña del Pacífico, aunque esta vez lo hizo como un guerrero enamorado, llamando a su avión P-38 "Marge" y adornando la nariz de la aeronave con su foto. Una manera para sentirse cerca de ella a cientos de metros de altura y a miles de kilómetros de distancia, dándole una razón para sobrevivir las inclemencias de los disparos enemigos.

[Imagen 1] Lockheed P-38 Lightning/ [Imagen 2] P-40 Warhawks/ [Imagen 3] Mitsubishi A6M "Zero"/ [Imagen 4] Nakajima Ki-43 "Oscar"


En abril de 1944, Richard entró nuevamente en enfrentamiento con los temidos cazas japoneses y logró alcanzar sus derribos número 26 y 27, superando al as estadounidense de la Primera Guerra Mundial: el capitán Eddie Rickenbacker. Un logro que le permitió ser prontamente ascendido a comandante y galardonar su título en diciembre del mismo año con 13 victorias más que lo hicieron acreedor de la Medalla de Honor, recibiéndola de las manos del famoso general estadounidense Douglas MacArthur.



En enero de 1945, y tras varias faenas en el aire que lo posicionaron en el hito más grande de su carrera militar, el general Kenney envió a Richard de vuelta a casa, siendo ésta una oportunidad para pensar en “Marge” y en su futuro con ella. Al llegar a los Estados Unidos, nuestro héroe se caso con su amada en la iglesia luterana Concordia en Superior, California; un evento que salió en las primeras planas de los periódicos como:


COMANDANTE. RICHARD BONG SE CASA CON MAESTRA-As de Ases se casa con Marjorie Vattendahl en Superior—

The New York Times, febrero de 1945.



Aquellos meses fueron inolvidables para los recién casados, aunque todo cambió en agosto del mismo año. Asignado como piloto de pruebas, Bong fue solicitado para volar el jet P-80 Shooting Star. Mientras realizaba su vuelo número 12 en el P-80, la bomba de combustible principal dejó de funcionar correctamente y Richard no pudo activar la bomba auxiliar. Inmediatamente Bong dejó de pilotear e intentó abandonar la aeronave usando su paracaídas, pero ya era demasiado tarde, el avión se estrello en North Hollywood y su repentina muerte fue noticia de primera plana en todo el país, compartiendo espacio con las primeras noticias del bombardeo de Hiroshima. Dos catástrofes eternizadas en tinta y papel.


[Imagen 1] P-80 Shooting Star / [Imagen 2] Primera plana de Los Angeles Times con mención de la muerte de Richard Bong y la bomba atómica de Hiroshima.


Aquel día fue muy triste para “Marge”, la familia y los compañeros de Richard. No obstante, su legado trascendió en el corazón de toda una nación, pasando a la historia como el As de ases estadounidense. Incluso el general Kenney, recordando a aquel joven soñador e inquieto que sobrevoló temerariamente Market Street, no pudo contenerse de decir:


“Verás, no solo lo amábamos, nos jactábamos de él, estábamos orgullosos de él. Es por eso que a cada uno de nosotros se nos hizo un nudo en la garganta cuando leímos ese telegrama sobre su muerte.”

General George C. Kenney


Hoy, el centro histórico de veteranos de Estados Unidos lleva el nombre de Richard y los anales de historia estadounidense lo recuerdan como “un héroe en una era de héroes”; y tú, ¿consideras que hoy es tiempo de ser también uno?


[Imagen 1] Avión P-38 con foto de "Marge" / [Imagen 2] Richard Bong con uniforme y medallas


Con este artículo damos fin al especial “Ases del cielo” en Compass. Guiándote por la Historia, esperamos lo hayas disfrutado y, que al igual que todos estos grandes aviadores, no dejes de mirar a lo alto. Puedes disfrutar de los demás artículos de este especial haciendo clic en las siguientes ligas:

Te invitamos a conocer una nueva recomendación en "Aprende más" al final de este artículo.



 


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